Como ya es costumbre en Jabad, cuando cae en domingo, el 22 de Mayo en la Tribuna Plaza del Hipódromo de Buenos Aires, ubicada en la Av. Libertador 4401 de Capital Federal se festejó Lag Baomer.
El día había amanecido nublado y luego llegó la lluvia pero nada fue un obstáculo para que la familia en pleno disfrutara de juegos, espectáculos, sorteos y sorpresas.
Al llegar cada visitante recibía un tehilim y una alcancía para tzedaká y luego podía elegir la diversión: Para los más chicos inflables y mesitas par pintar; para los demás flippers, videojuegos, simuladores de motos y de autos, metegol humano, fútbol-tenis, malabaristas, cama elástica, ping pon, pool, payasos, vuelta al mundo y una banda juvenil que deleitaron a la multitud asistente con los redobles de sus tambores y su simpatía.
Pero una de las cosas que llamaron más la atención fueron un par de tefilín, una alcancía de tzedaká y un tehilim gigantescos.
En los juegos de kermese todos ganaban algo y pasaban un buen momento.
Tanto las nenas como las mamás podían solicitar un maquillaje artístico realizado por expertas.
Los sorteos estuvieron a cargo del Rab. Grumblat y otros jóvenes rabinos de Jabad.
Para que la tarde estuviera completa no podía faltar la música, a cargo del grupo Kef.
El patio de comidas tenía exquisiteces para todos los gustos.
Hubo stand de libros y artículos judaicos.
Para los mayores fue emocionante escuchar en vivo el radioteatro sobre la historia de Rabí Shimón bar Iojai y para los niños quizás fue la primera vez que escuchaban algo de ese género.
La tarde estaba terminando y el final de fiesta fue una hermosa fogata que agregó al día un poco más de calor, al calor que le dieron todas y cada una de las personas que vinieron al evento.
El día estuvo lleno de alegría y todos nos sentimos como una gran familia cuyos miembros tienen un mismo apellido Ihudim.
El día había amanecido nublado y luego llegó la lluvia pero nada fue un obstáculo para que la familia en pleno disfrutara de juegos, espectáculos, sorteos y sorpresas.
Al llegar cada visitante recibía un tehilim y una alcancía para tzedaká y luego podía elegir la diversión: Para los más chicos inflables y mesitas par pintar; para los demás flippers, videojuegos, simuladores de motos y de autos, metegol humano, fútbol-tenis, malabaristas, cama elástica, ping pon, pool, payasos, vuelta al mundo y una banda juvenil que deleitaron a la multitud asistente con los redobles de sus tambores y su simpatía.
Pero una de las cosas que llamaron más la atención fueron un par de tefilín, una alcancía de tzedaká y un tehilim gigantescos.
En los juegos de kermese todos ganaban algo y pasaban un buen momento.
Tanto las nenas como las mamás podían solicitar un maquillaje artístico realizado por expertas.
Los sorteos estuvieron a cargo del Rab. Grumblat y otros jóvenes rabinos de Jabad.
Para que la tarde estuviera completa no podía faltar la música, a cargo del grupo Kef.
El patio de comidas tenía exquisiteces para todos los gustos.
Hubo stand de libros y artículos judaicos.
Para los mayores fue emocionante escuchar en vivo el radioteatro sobre la historia de Rabí Shimón bar Iojai y para los niños quizás fue la primera vez que escuchaban algo de ese género.
La tarde estaba terminando y el final de fiesta fue una hermosa fogata que agregó al día un poco más de calor, al calor que le dieron todas y cada una de las personas que vinieron al evento.
El día estuvo lleno de alegría y todos nos sentimos como una gran familia cuyos miembros tienen un mismo apellido Ihudim.