El día 24 de octubre del 2011 alrededor de las 12.15 hs., se recibió una llamada anónima que teóricamente avisaba la presencia de un artefacto explosivo en el Centro Cultural Ricardo Rojas, cito en la calle Tucumán al 3000, (casi esquina Anchorena) el cual comparte el edificio con el Instituto Toratenu ( de la comunidad antes nombrada). La persona que recibió el mensaje (cuya grabación resultó poco clara) si bien dijo no estar seguro que se haya utilizado la palabra “bomba” avisó a su superior; este a la policía y ésta a la Brigada Anti Explosivos. Se tomaron los recaudos necesarios indicándole al alumnado que se alejaran de las ventanas y se tiraran al piso para evitar cualquier complicación, ya que era horario de clases.
La calle Tucumán fue cerrada en su intersección con Anchorena, y las madres que retiraban a sus niños del Jardín, para el almuerzo, al ver cortado el tránsito llamaron a los celulares de sus hijos.
La Sra. Rectora comentó que en este caso la tecnología “jugó en contra” ya que los alumnos se enteraron antes que las autoridades del Colegio de lo sucedido.
Explicó que “nunca fue en la Escuela y nunca fue real” y que pudo tratarse de “de un movimiento de desestabilización” para “crear ruido en la Sociedad” en un período tan particular como lo es un post-electoral como el que estamos viviendo.
También hubo comentarios como que solo fue un escape de gas, pero tampoco se pudo probar.
Un alumno consultó si podía haberse tratado de una broma o una excusa para no realizar una prueba a lo que la Rectora contestó que luego del Atentado de la Amia, hacer algo así sería muy cruel. También les recordó que con la tecnología actual es muy fácil rastrear una llamada sobre todo si es de un celular. La empresa tiene un chip de repuesto (por si el aparato es extraviado o robado), con horarios, nombres, números y duración de las llamadas realizadas, para entregar al titular de la línea.
Al respecto de la persona que hizo el llamado, según datos fehacientes ya está identificada como un hombre con acento del interior.
Los alumnos ese día fueron evacuados y no hubo clases en el turno tarde.
Se desconoce si la persona fue detenida y de ser así que medidas se tomaron al respecto.
La calle Tucumán fue cerrada en su intersección con Anchorena, y las madres que retiraban a sus niños del Jardín, para el almuerzo, al ver cortado el tránsito llamaron a los celulares de sus hijos.
La Sra. Rectora comentó que en este caso la tecnología “jugó en contra” ya que los alumnos se enteraron antes que las autoridades del Colegio de lo sucedido.
Explicó que “nunca fue en la Escuela y nunca fue real” y que pudo tratarse de “de un movimiento de desestabilización” para “crear ruido en la Sociedad” en un período tan particular como lo es un post-electoral como el que estamos viviendo.
También hubo comentarios como que solo fue un escape de gas, pero tampoco se pudo probar.
Un alumno consultó si podía haberse tratado de una broma o una excusa para no realizar una prueba a lo que la Rectora contestó que luego del Atentado de la Amia, hacer algo así sería muy cruel. También les recordó que con la tecnología actual es muy fácil rastrear una llamada sobre todo si es de un celular. La empresa tiene un chip de repuesto (por si el aparato es extraviado o robado), con horarios, nombres, números y duración de las llamadas realizadas, para entregar al titular de la línea.
Al respecto de la persona que hizo el llamado, según datos fehacientes ya está identificada como un hombre con acento del interior.
Los alumnos ese día fueron evacuados y no hubo clases en el turno tarde.
Se desconoce si la persona fue detenida y de ser así que medidas se tomaron al respecto.